jueves, 14 de julio de 2011

AVE DE ROSAS Y RODAJAS DE PASIÓN


Rodajas de pasión, suaves y tiernos pensamientos, un alma sin fronteras, un barco que navega en medio de la cordillera, y tú, un ave de rosas que me invitas a conocerte, estás en un rincón, en un papel, en una sonrisa, coqueta y de labios de vida, sabemos con certeza que el cansancio es de un soplo, en cualquier circunstancia se debe buscar la manera de comer perdices, la vida da un brinco para ser feliz, se puede amar y tener siempre un ahorro en el alma, ese que sirve para tener más y así dar la mano en los momentos de baja espuma, cada loco se puede disputar a las bestias del universo, cada quien es cada cual, bajemos las escaleras como queramos, soy partidario de todas las voces de la calle, de los barrios, los artesanos del alma, prefiero gritar hoy con fuerzas para palpar el fuerte suspiro que sube a lo más alto del espíritu, dejemos correr el cansancio y demos paso a la sonrisa que llevas en tu interior, miremos que hora es, ya que pareciera florece el horizonte, la mirada es como una llama de fe, sigamos la senda del algodón, ese que parece darnos un descanso en los momentos en que gritamos y pedimos vacacionar tan solo un minuto, no podemos sorprendernos si ese grillo que nos mira nos ofrece jugosas torrejas de una sabrosa piña de verano, yo mismo me transformo en el doméstico pelador de frutas, en medio de una desierta callejuela doy dos y tres cortes a esta magnífica fruta tropical, sutilmente la tomo y la recorro como si fuera tu magnifico cuerpo, sobre mi patinete la despeino y le saco su moño, la miro y suavemente empiezo a desnudarla, rodaja tras rodaja, ella, la amable piña otoñal, no opone resistencia, deja que la recorra suavemente, poco a poco va quedando con su delicada carne al descubierto, está madura y jugosa, es un manjar al igual que tu pureza de avecilla de delicados encajes de rosa, mi alteza está en un reflejo que se escapa de la palma del nenúfar, están unidas como un anillo de luz que acaricia el beso que llega al jardín frondoso, el meollo de la vida, estás y no estás, si les dejo les pierdo, les sigo a ciegas, te doy la razón y me salgo del rebaño, rodaja de amor, jugoso manjar, en medio del frio invernal llegan con el innegable calor de dos fantasmas sin prisa, es como un reflejo del sentido del agradable placer, cuando el cuerpo y el alma se suelen enfriar, nada es mejor que una fruta que vuela desde lo más tropical, no existe nada más bello que lo que nunca se ha perdido, no serás un ave de paso, no serás una fruta olvidada, no serás una fruta prohibida, serás una juventud presente, me conoceréis como un amante de frutas y aves de pasión, si algo de amor he aprendido, es que no es lo mismo quien anda que quien camina, la marea sube y luego baja, no tenemos que confundir valor y precio, eso es, ella es fruta y tu ave, puede que te guste o no, pero es la vida la que dice lo que tenemos en común, adoramos al sol, tenemos ganas de compartir, somos frágiles y de un gran corazón, ese que nos da inmensas ganas de amar, somos distintos también, tu sexo y el mío se miran y se atraen cuando es hora de llenarnos de oscuras intenciones, voy con mi traje de terrible colección, camino y pienso, que tendré que perder, una dulce fruta y una sensible avecilla, cual me conocerá mejor en este mundo, una venda en los ojos no me pondré, las veré claramente, una es fruta jugosa, la otra, hermosa, suave y con alas sensibles, me saben a dulzura, Rodajas de Pasión, Ave de Rosas, como las quiero, bailan como frágiles figuras de porcelana, son como dos vicios que dejan el tiempo correr, bailan y bailan, no marquen soledades, den brincos al cuello antes que nos pille la noche, sin soledades buscando verdades, corazón de rodajas y plumas, se funden en mis sentimientos, tendría tanto para contar, son las cinco de la tarde y pongo rumbo al horizonte, me embeleso con Rodajas de Pasión y tú, mi corazón de plumas, mi Avecilla de Rosas.
Adonis Palomar

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