martes, 15 de mayo de 2012

CARNICERO DE LA VIDA

Antonio recorría los setenta y uno cuando decidió partir, no pudo encontrar explicación a las cosas inexplicables de esta vida, cerca del agua quiso sentir, toda la espuma de su interior no hicieron nada al mascar el amargo realismo de su entorno, los que entienden la vida como un botín sangriento, como los tiburones, sabrán mas que el viejo Antonio, hoy, la música y los recuerdos son parte del mundo de los demás, imágenes se perciben entregadas desde las sobrecogedoras sombras de la antigua carnicería, “Sin Red Compra”, reza el letrero que aun cuelga de la cortina del local de calle Cuevas con Victoria, los antiguos clientes, los deudores, los amigos y los no tan amigos, aun lo recuerdan, era un hombre que recorrió su vida preocupado por los demás, cualquiera que se acercaba a su negocio y necesitaba de una ayuda, recibía de él, un trozo de carne o algo para mitigar el dolor, en el ultimo tiempo, los grandes mercados y las deudas que se acumulaban poco a poco, lo empezaron a tumbar, muchos le sugirieron despedir a algunos de sus trabajadores, él se negó rotundamente, “como los voy a echar, ellos tienen familia”, pero el tiempo y la furia de una sociedad que ataca por el lado donde menos se espera, fue implacable, el viejo Antonio no pudo mas, una tarde, cuando todos pensaban que dormía su acostumbrada siesta, el anciano carnicero decidió que era mejor partir, bajó la cortina de su vida y se marchó de un mundo que juega con las simplezas del dinero y no valora el esfuerzo del sincero trabajador. Hoy, el viejo Antonio ya es un recuerdo, en la ventana del viejo local de calle Cuevas, sus amigos y sus agradecidos clientes, le dejan unas flores y se reúnen a comentar la nobleza del viejo carnicero, un hombre que inspira el alma de un mundo que necesita de la simpleza de la vida. Adonis Palomar

miércoles, 9 de mayo de 2012

DOS PAJAROS UN RECUERDO Y UNA EMOCIÓN

Dos amigos se tienden la mano, su complemento es casi un juramento, así se ve desde la distancia, sentados en medio de la emoción, me lleno el alma de todo lo que me venia haciendo falta, un poco de alegría, algo de nostalgia, alguna pisca de recuerdos y una mirada al futuro, una canción tras otra, simplemente es hora de sentir, “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, un fuerte apretón de manos y unas miradas cómplices, a quien corresponda, soy yo, eres tu, son ellos, somos todos en un minuto, Serrat y Sabina, caminan por “aquellas pequeñas cosas que dejan la vida en un papel”, detengo el palpitar de mi corazón y doy paso a un viejo recuerdo, me llega desde allá, la música es mi humilde compañía,” la vida te la dan pero no te la regalan”, es verdad, así caminamos por este simple mundo, no aprendemos nunca a valorar lo que tenemos, hoy podemos ser lo mas importante, mañana quizás ya no valemos nada, risas y diversas circunstancia, “busca la manera de comer perdices”, un salto y otro sombrero, “cada loco con su tema, cada quien es como es”, otra travesura de los amigos y el piano se confunde con el ritmo de la sala, las palmas y la melodía juran su complicidad en medio de la noche, la vieja pareja parece disfrutar al máximo el concierto, ella saca de entre sus ropajes una pequeña cámara fotográfica, dispara una y otra vez, las siluetas de los pájaros quedan inmortalizadas, “menos tu vientre, todo es oculto, todo es postrero, polvo sin rumbo, menos tu vientre, todo es oscuro”, queda algo que acechar, aplausos en medio del griterío, sonoras carcajadas, “después de una inocencia amputada”, estamos con el salpicón de la emoción a todo dar, unos más emocionados que otros, es sin par, es de noche y el frio alarga la vida un poco mas, “esos locos bajito que se incorporan, con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario y a las costumbres, nada ni nadie puede impedir que sufran, que decidan por ellos, que se equivoquen y que un día nos digan adiós”, cayó del cielo y el recital está por terminar, trenzados de la mano y se creen que nos mato la emoción, pero no es así, respiramos profundamente y vivimos los momentos que nos permiten dos cantautores que nos trasladan en medio de emociones, recuerdos y vivencias de esta corta vida. Adonis Palomar.

viernes, 4 de mayo de 2012

MAÑANA PUEDE SER UN GRAN DIA

“Mañana puede ser un gran día”, la vida tiene dobleces, vueltas, partidas, algo de eso y de esto, así, y de muchas otras formas, versos tras versos voy respirando el aire que circula en esta carpa universal, “mañana puede ser un gran día”, la música, los recuerdos, las emociones y todas esas pequeñas y grandes sorpresas que la vida le da al corazón, pueden aparecer, la noche será mas corta, el tordillo de madera que menciona ese viejo trovador, puede montarse en el café de la madrugada, vendrán a mí, recuerdos de cuando estuve loco, cuando silbé melodías del antiguo Jazz, un prontuario y un frasco de pastillas de colores, esa carta que en el cielo volaba con mal de amores, esos viajes al sur y los golpes de besos apasionados, kilómetros de melodías al compas de tus pezones y ronroneos del silencio, mañana en una esquina, muchos estarán esperando los compases de dos viejos trovadores, Serrat y Sabina, saldrán al escenario con su canario amarillo, su sombrero, su guitarra y algunos versos traídos desde lejos, yo estaré también en el barullo, estaremos como hace tiempo, los de tierras lejanas, los de pequeños enanos, los que corren tras el éxito, los de ambiciones políticas, estarán los prácticos, los que engañan, los fieles, los energúmenos, los que esperan algo, los de una posición solida, los que juegan al juego de verdad, tal vez estén casi todos, pero los que sienten con la fuerza del corazón deberían estar, nos pasearemos por las calles de los sentimientos, saltarán del banquillo esas emociones que guardamos para esos instantes en que salimos a escena, tal vez sea el sueño que parece escurridizo, “mañana puede ser un gran día”, quizás sea una de esas broma que la vida nos guarda para los instantes en que necesitamos beber del rio claro y respirar un poco de aire puro, un par de vueltas y vivamos algo mas, quizás “mañana puede ser un gran día”. Adonis Palomar