martes, 24 de mayo de 2011

EL MUNDO DE LOS RECUERDOS


El expreso del tiempo va y viene, en él podemos viajar al mundo de los recuerdos, sueños y realidades de una vida que se sostiene en los fuertes pilares de un tiempo que pasó, vivencias que dan un hondo respiro al paso del tiempo, presente y futuro, están aquí y allá. Recuerdos, mas recuerdos, muchos recuerdos, esos que son los formadores y sustentos de una vida que va surcando el diario vivir, camino pedregoso, camino sutil, camino sedoso, camino invisible, camino inventado, camino de todos los tipos existentes, quien no se atreve a ir por uno de ellos, no vive la verdad de la vida, no vive el presente ni vive el futuro, cada paso que se da, queda en el pasado, queda en nuestros recuerdos, queda expectante a la hora del llamado, están ellos, estás tú, estoy yo, estamos todos, somos sonido y luz, somos lo que cada uno quiere ser. Hoy es más que ayer y menos que mañana, eso es el tiempo pasado, el tiempo presente y el tiempo futuro, es nuestro tiempo, es nuestra vida, esa que seguimos al paso del peregrino silencioso, el que marca los sentidos de un aire vital de una creciente esperanza. Nadie, ni un solo ser en este tiempo y quizás en el otro, puede omitir, o puede dejar en el claro oscuro de la vida, la realidad de los recuerdos, la realidad de un pasaje que nos acompaña por siempre, en este minuto o en aquel, somos reflejo eterno de un pasado que es el nuestro, de nadie más, es nuestra sombra, es nuestro perfil, es nuestra actitud, es nuestra esperanza, es nuestra manifestación, es una expresión de nuestro presente. La pincelada sutil y brusca, encaja la mirada de una risotada manifiesta en el alma de los recuerdos, la paleta saturada de nuestros colores, se mueven inquietantes al pintar nuestro presente, se mesclan con el calorcillo del aliento del mundillo actual, van recogiendo sigilosamente lo que magullamos en nuestras alegrías y nuestras penas, saltan entre las faldas y tirillas de tus ropajes, encuentran las verdades que queremos esconder, esas verdades que hurgan el corazón, con las brasas del lapidario dolor, allá van los recuerdos, allá van, saltando como si la rapidez de la liebre o el salto mordaz de la oruga, traspasaran la línea del tiempo. Ya es la hora, es el momento de seguir caminando, la suave silueta del pasado, vuelve a empujar al sensible carro del presente y la realidad, el reflejo del futuro esta allá, a lo lejos algo se divisa, es el tiempo que está por venir, no apuremos el caminar, el futuro llega cuando tiene que llegar, sin darnos cuenta el futuro será presente y el presente será pasado, es la vida de los recuerdos que no podemos olvidar.
Adonis Palomar


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