miércoles, 28 de septiembre de 2011

EXTRAÑA FLOR


Mientras masco y re masco un trozo de charqui bajo el viejo árbol, trato de entender los pensamientos de esa extraña flor, por más que intento saber sobre su verdad, no logro encontrarla, no sé si me he equivocado, trato de ir al norte y el viento apunta al sur, cuando la encontré en esa montaña desolada, una lágrima rodó por su mejilla, la miré y la traje junto a mí, me dio la impresión que podría conocerla muy bien, pero pareciera no ser así, caminé entre follajes y matorrales, las bestias aprendieron a vivir, los niños se vendían a piezas de a diez, y no logro encontrar la verdad de sus pensamientos, no sé si quiere esconder algo, ronda la calle y por la noche se esconde, que curiosa realidad, le pregunto si es una sombra, no dice nada y mira el desolado camino, en su polvoriento libro, escribió días atrás que extrañaba su antiguo huerto, que necesitaba las antiguas compañías, sus raíces gritaban por la tierra que le pertenecía, sorbos cortos para saciar la sed y dar vida a sus hojas, dijo que añoraba la música de las caricias de su antiguo jardinero, los alambres del tendero del patio eran solo recuerdos, un ejército de mariposas revoloteaban en sus mañanas, un cielo azul alumbraba el jardín con una historia que quería recuperar, todo era como un hechizo, pero no quería ver la vida, mientras espero sus palabras o sus gritos de verdad, me desvelo sin entender por qué no responde a mis preguntas, la miro, la escucho y desespero al ver su indecisión, no sé qué puede en verdad querer, he abonado su tierra, he limpiado sus hojas, he escuchado sus lamentos, mas no sé qué hacer, al caer la noche cierra el viejo libro y sigue en su indecisión, no se puede entender a quien no levanta sus manos, una flor que muere sin sacar su mordaza, no puede pedir a la vida que devuelva sus añoranzas, el corazón puede querer explotar, pero en un campo de almendras no florecerá una rosa, se dibujarán imágenes que son como siluetas extrañas, un sueño puede parecer una realidad, pero al final siempre es un sueño, no se puede partir sin caminar, así se manifiesta esta flor, quiere recuperar sus sueños pero no quiere despertar, quiere que crean en ella pero no mira su realidad, pasa el tiempo y no se atreve a respirar, quizás cual sea su verdad, otro invierno ya paso, los aires de la nueva primavera revolotean por la pradera de la ciudad, el sol nuevamente está aquí, volveré a caminar en dirección a la montaña desolada, ella quedará nuevamente donde la encontré, quizás sea lo mejor, por la ventana de la vida volveré a mirar, la extraña flor, mi mano desechó, seguiré mi camino sin volver la mirada hacia atrás, el sueño que un día con el azar apareció, murió con la realidad.

Adonis Palomar.






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