lunes, 19 de septiembre de 2011

EL REY DE LOS HUEVONES


En forma satisfactoria se encuentra el más perfecto de los individuos, satisfecho espera sobre el surco, llega hasta el fondo del espejo de la carne, defiende la sombra de quien es el recuerdo de lo olvidado,






irremediablemente sueña con el corazón de un hombre y una mujer, cree en el sueño olvidado, cerca del agua cree llevar a su único amor, cerca del agua cree llevar a quien fue su ilusión, cree en su vivido ser, es el perfecto rey perdido en el mar, no puede perder ni encontrar la verdadera realidad, cerca del agua esta perdido en el mar, ella cree engañar el sueño del rey, él le da al aire hasta que sirve a la verdadera razón, el rey camina en el mundo que aparece en los cinco sentidos, es el mundo de los demás, pero no parece que fuera el suyo, imágenes que reciben el ritmo de las cosas de los propios delirios, ciegos y oscuros, miran siempre lo de adentro, el rey cree en su mundo y en el que creo un día con ella, el mundo de los demás, no se parece al que fijaron en esa madrugada donde el amor culminaba con el abrazo final, el sentimiento febril sobrecogía con un escalofrío cuando ella le prometía el mundo del medio día, eres toda mía, soy todo tuyo, ellos se prometían, se quemarán los huesos pero el lo creía, era el rey de esa noche y de la vida que venia, el magnifico hombrecillo se convertía en el gigante con su princesa, ella ya era reina, fina y de palpitaciones fuertes, era la luz con manos compañeras, eran dos en un reino que parecía que tiraba las cartas en un vino trastornador, el único alimento para el corazón eran las promesas que se escribían en una lectura infinita, con sangre y sumo de pasión, el rey creía en la nueva aventura, escríbeme mi reina decía en sus pensamientos, encima de sus cartas ponía el trastorno por la verdadera pasión que el sentimiento abordaba lo que creía que el tiempo vencía, ya cuando no ve la otra orilla, el rey cree que la vida esta dada pero no esta regalada, confundió lo que era a plazo y al contado, en cada alegría existe una tristeza, los necios saben de los errores ajenos, el rey estaba aprendiendo de los adictos de buenos tiempos, el poder y la gloria no siempre es buena aventura, por lastimosa que sea la relación, sus piernas no eran lo que el romance predecía, contraer algunas deudas no es tener claro si el reino de los cielos es de todos, tirar no es lo mismo que hacer el amor, el sabio sabe lo que es conocer, los locos conocidos entienden lo que es besar de verdad, prefiero volar y amar, antes que mentir y engañar por un revolcón, música de versión ajena, un día se va colando, en medio de la vida del rey, por mas huevón que parezca, él sigue amando aunque el mar se tiña del color que sea, la espuma y la nube, el dibujo del pequeño ratón, el color que se amasa en el monte, y ella igual conmigo, un día mas se va con fuerza, seguimos al poeta que le grita al rey, golpe a golpe, él va tras su verdadera ilusión, aunque se esfume en medio de la noche, no se equivocaba, las estrellas le indicaban que por mas que su reino pareciera una estupidez para los demás, en la cumbre seguiría creyendo en su verdadero amor, el rey reía, por mas que el mundo real lo tratara de huevón, la besaría en su vientre, en su espalda, en su figura real, polvo mágico que maravillaba su ferviente ilusión, allá va el rey, camina por el sendero que creó un día esa misteriosa mujer, esa simple e inocente hembra de la noche oculta, va sin vender su alma ni tampoco sus principios reales, cree y morirá creyendo en que la vida un día le dio un regalo y le alargo la vida un poco mas, aunque para algunos será el rey de los huevones, rondará en las calles con los sueños que un día una muchacha le quebró el corazón, el rey seguirá creyendo en un mundo ideal, ese que en una noche ideó con la sombra de esa princesa que voló de la nada a la vida real.
Adonis Palomar


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