miércoles, 14 de septiembre de 2011

VIEJO FOGÓN


Viejo fogón que te pierdes en las marañas de las incomodidades humanas, como te anhelo, como te extraño, a orilla de tus pensamientos, recuesto mis sensaciones y profundos sueños, viejo fogón, me sentaré a tu lado a reposar un momento, volveré al pasado para reencontrarme con momentos de días de fuerte pasión y humilde ilusión, volveré a sentir en mi alma ese calor que solo el hogar puede entregar, viejo fogón, tal vez suelas preguntarte a donde voy, no alcanzaré a contestar tu pregunta, a veces no lo sé, dejaré que tu calor me abrigue algunos instantes, luego retomaré el paso, seguiré buscando esos caminos que solían encender la llama que quemaba todo mi interior, miraré el viejo guardarropa y trataré de sentir nuevamente esos días de desvelos, ya no están aquí, morderé fuerte los labios y volveré a tragar en silencio mis recuerdos, esa sombra que cubre el tiempo pasado nos volverá a abrigar, viejo fogón, entibias y calientas el alma y el corazón, ya sé que no se puede vivir sin tener un verdadero calor, los recuerdos, o todo lo que quieras pensar, encierran una vida hasta el minuto final, nuestra existencia tal vez pertenece a un mundo irreal, no solo debemos imaginar, también debemos aprender a vivir el mundo real. Viejo fogón, amigo que cubres el alma con calor de hogar, calor de recuerdos de vida pasada, no preguntes adónde voy, busco la luz que ilumina el día, y solo encuentro puertas que niegan lo que esconden, viejo fogón, cuando me falta la verdadera compañía, extraño la tibieza de tus suaves palabras, reconfortantes y simples en los espacios de soledad, el juego de un primer amor, guardan el amargo llanto de un alma profunda y oscura, en un recodo del camino vuelvo a recordar, me acerco y luego me voy, uno se cree que las pequeñas cosas no son más que eso, pero cuando sientes el golpe de tu alma, reconoces cuánto vale el verdadero calor, ese que llena todos los rincones, se va colando por donde quiera ir, es puro y sincero, no oscurece el cielo, agranda el día, canta junto al gallo de la madrugada, empuja desde atrás y cocina las nuevas mañanas, así te recuerdo amigo fogón, te añoro y te extraño, te seguiré buscando, por donde quieras ir, trataré de encontrarte, algún día volverán a cruzarse nuestros destinos, rondarán los fríos invernales, la vida se podrá alargar y llenar de sombras matonas, pero cuando me detenga en ese portal, sentiré nuevamente tu calor, viejo fogón, ya no maldeciré los días de soledad, ya no mendigaré por un poco de fuego, la luz llenará todas las llanuras, las manos de tu tibieza traerán el calor de hogar, calor de vida, calor de un viejo fogón,
Adonis Palomar

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