lunes, 29 de octubre de 2012

NOCHE DE FADO Y SENTIMENTOS

Esa noche la luna parecía caminar presurosa hacia cualquier lugar, un grupo de nubes negras danzaban en su entorno como invitando a buscar un cálido refugio, sin planificar nada nos dejamos llevar por las intrigantes figuras que se formaban en la oscuridad del cielo, como invitados por un sensual pensamiento nos deslizamos por la inmensidad de la música y el tiempo, así, inesperadamente llegamos a encontrarnos con “El Fado y la música Ibérica”, con la sensibilidad que da la pureza de lo desconocido, nos ubicamos en el “subterra”, espacio que semeja una especie de antigua taberna, como en antaño, lugar de curiosos momentos, buena comida, grata conversación, rincones dispuestos al amor verdadero, luces con reflejos y sombras, sensaciones y música para la emoción y otros sentimientos. Sin apresurarnos y con la suavidad que dan los movimientos de un alma que espera recibir y también dar, nos ubicamos en un lugar dispuesto para ser parte de una noche de romance y también de algunas emociones. Las mesas del lugar estaban ya servidas, algunos personajes conversaban, otros se deleitaban con la comida del lugar, mas allá una romántica pareja jugueteaba a amarse en medio de la nada, cerca de nuestra ubicación un viejo ejemplar masculino dejaba escapar sus últimos lances de conquistador con una joven de prominente figura, al volver la vista atrás, una mesa llena de alegres féminas, al parecer algunas suaves gotas de licor esparcidas por sus gargantas las tenían convertidas en chispeantes cotorras, en fin, se vivía un ambiente de suave esparcimiento, cuando la noche caminaba sutilmente, en medio de las sombras y los reflejos de las luces del lugar, relampagueó un vozarrón y un estruendo de melodía se deslizo en todo el lugar, “Ze Perdigao” entró como un estruendo y todo quedo en silencio, se escuchaba solo la melodía de la música ibérica, el pequeño cantante estremeció al auditorio con la fuerza de su interpretación, su delgada figura se deslizó en medio de los espectadores, su voz cautivaba, todo quedó en la mas absoluta oscuridad del silencio para escuchar las finas, potentes y estremecedoras notas musicales que salían de su garganta, el escenario recibió la figura de esté visitante portugués, el piano, la citara y la guitarra fueron sus nobles acompañantes, no se escuchaba ni el silencio, era el momento del “Fado”, al finalizar la primera pieza musical, el respetable estalló en aplausos, luego el tiempo escribió los siguientes momentos, todo era emoción y sentimiento, el hombre venido desde lejos cautivó a la audiencia con su expresión e interpretación, sin darnos cuenta, como todo en esta vida, el espectáculo llegó a su final, aplausos, gritos y felicitaciones cerraron la jornada musical. La tibia noche nos esperaba para abrazarnos nuevamente, había sido una jornada como esas que llenan el alma y el corazón, “Ze Perdigao” quedó acompañado por su arte y su sentimiento, nosotros acompañados por nuestra pasión, caminamos lentamente, miramos nuevamente el cielo oscuro y sentimos que habíamos vivido un gran momento, nuestro momento, una noche de “Fado” y sentimiento para recordar. Adonis Palomar.

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