miércoles, 7 de julio de 2010

EL HOMBRE MODERNO


Hablar de la pareja en la actual sociedad, es alejarse un tiempo indescifrable en relación a la época de nuestros abuelos y tal vez de nuestros padres.
El hombre en la sociedad actual a presentado cambios nunca pensados hace unos 30 o 40 años atrás, para que pensar si retrocedemos aun mas en el tiempo, la psicoanalista Lilian Suaya, advierte que "Mucha agua corrió desde aquella concepción de nuestros abuelos, en la cual el hombre era temido y respetado, pero a costa de mantener siempre una imagen de “duro”, no pudiendo mostrar sus emociones ni acercarse a sus afectos sin ver menoscabada su imagen de autoridad", este concepto en la realidad actual, a mostrado cambios notorios en la conducta y forma de ver la vida de muchos hombres, quienes han puesto al servicio del bienestar de la familia y tal vez de su compañera de vida, un cambio en la forma y el fondo de presentarse ante los distintos desafíos de la vida moderna.
Para la psicóloga Jazmín Gulí, la humanidad en general, las mujeres y los niños en particular, han ganado con el cambio que aún está ocurriendo en los hombres y la masculinidad. Antes, el hombre en la familia era un sostén material, un soporte moral, pero no participaba de la vida afectiva, si bien ésa era su forma de querer, justamente sosteniendo y facilitando que los niños y las mujeres vivieran sus roles en el hogar.
"El padre era casi siempre un desconocido, no se era totalmente espontáneo delante de él. Esto, considerando un modelo más reciente y no primitivo. Hoy el hombre está más cerca de todos sus seres queridos. La mujer también empezó a existir por sí misma ampliando su rol de madre y esposa, el hombre incorporó cualidades femeninas y la mujer cualidades masculinas", señala Gulí.
Estas forman parte de la constitución básica de cada ser humano, aportando las capacidades de emprender, poner en marcha, encender, penetrar, despertar, hacer, pensar analíticamente, las masculinas; y contener, dejarse llevar, conservar, abarcar, sentir, pensar globalmente, percibir, las femeninas.
"En ese sentido, cualquier proyecto que se quiera concretar, todo acto creativo, para realizarse, necesita del interjuego de los dos modos de acción. En lo que hace a hombre y mujer, es un dúo indisoluble, así que no hay cambios del uno sin que lo haya en el otro, un dúo dinámico y poderoso cuyo encuentro genera nuevas vidas", explica la psicóloga.
La psicóloga Jazmín Gulí , dentro de sus análisis indica y deja de manifiesto un factor de suma importancia que en la actualidad también esta produciendo quiebres y está deteriorando la pareja y de rebote la familia, ella agrega que: "Noto que el cambio aun no se terminó de instalar: la nueva masculinidad necesita en conjunto su amabilidad con la fuerza de antes, aquella que antiguamente lo empujaba a defensas de territorios o ataques de conquista, el coraje y la capacidad de abstenerse de lo emocional para dirigir con eficacia", junto a esto ella advierte que en combinación -son inseparables-, la mujer también necesita conservar aptitudes perdidas como las del respeto por el misterio, la entrega y la paciencia. Es decir, frente a la preocupación por la pérdida de las viejas costumbres, Gulí plantea la idea de sumar y conjugar lo nuevo con lo antiguo."Tanto a la mujer como al hombre les hace falta que la nueva masculinidad recupere autoridad y autodominio. Así como una buena sociedad de negocios entre dos partes iguales se llevará mejor si uno de los socios tiene el 51% de las acciones y el otro el 49%, en la pareja también precisamos que la equidad pase por todos los planos pero que se reconozca en uno ese punto más en lo que hace a la autoridad.
La temática del cambio en el hombre, no puede ser tomada solo como un beneficio y una ganancia para la mujer, en los tiempos en que vivimos es de suma importancia que todos los aspectos de complementación se asimilen como un beneficio para el hombre y la mujer, estos factores sumaran a favor de los hijos y en definitiva para la familia.
Varios expertos en el tema de las relaciones humanas y especialmente las relaciones de parejas, apuntan a que mientras el hombre en la actualidad a mostrado notorios cambios en sus diferentes conductas, la mujer en muchos casos no a logrado reconocer el fuerte mensaje que el sexo opuesto a enviado, esta situación a creado nuevas problemáticas, que muchos especialistas llaman como “el desajuste de la paridad”, la mujer en cierto modo a tendido a aprovechar el cambio de su contraparte en su propio beneficio, sin darse cuenta que lo adecuado e ideal es el equilibrio entre hombre y mujer, no la libertad por la libertad, es en este caso donde los especialistas en conductas y relaciones de pareja están hincando el diente, se produce la gran problemática, como lograr equilibrar el cambio del hombre moderno, con la ansiedad de la mujer por tener algo que para ella era impensado muchos años atrás.
Una conclusión final de la Psicóloga Gulí, que puede ayudar en estas interrogantes es cuando ella expresa que
hace cincuenta años atrás era impensable que un hombre se cuestionara su accionar en el ámbito afectivo, esto es una ganancia de la nueva masculinidad; sin embargo el planteo expresa la confusión que todavía impera en la distribución de roles. "Considero que las nuevas modalidades de masculinidad son favorables para todos, siempre y cuando esto no conlleve a la perdida de aquello que en esencia lo caracteriza, ya que si esto no se operara, alguien deberá hacerlo. Es una pena que esas tareas quedaran en manos de las mujeres. La diferencia existe y es digna de que la honremos como tal y busquemos la paridad en otros sentidos”.
Adonis Palomar.

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