Suma otro día en nuestra vida, semana de pocos días laborales, pero de muchos supuestos instantes de reflexión, gran cantidad de individuos ya se preparan para salir despavoridos en busca del supuesto descanso de un fin de semana largo.
Semana Santa, días de muchas interrogantes, ¿reflexión y encuentro con los momentos espirituales, o gozo placentero de unos días de escape de la rutina diaria?, ¿encuentro con la familia y los seres cercanos, o desesperada desconexión con el loco mundo del diario vivir?, podemos hacernos una infinidad de preguntas y saltarán miles de interrogantes, cada cual sabrá que es más importante en los minutos que le toca vivir, podremos debatir sobre el vuelo exacto del pájaro niño, podremos dar una certera opinión sobre el aire que respiramos y exhalamos en nuestro espacio, se podrá medir quien vuela mas alto con el amor que sentimos en determinado instante, me podrán llegar cartas que sonarán como un alimento a mi corazón, podré estar ausente por instantes y ni sabré si soñar era lo que correspondía, me podrá dar igual si el mar es como tu cuerpo o la noche como tu sueño, podrás escribirme cuando te falte sangre ya que yo estaré encima para aplacar tus dolores, muchas cartas serán apacibles y serán leídas en un rincón, tiraré mi corazón en momentos de quietud, en los sonido suaves y melodiosos del concierto de la oración consciente, se podrán oír palabras y aullidos de la verdad de los sentidos y la razón. No desesperemos si estos días de noble quietud, no es para todos igual, el telón se levanta pero la función puede girar por diferentes rumbos, la causa del mal y el bien gira como remolinos y claveles, la primera bocanada del aire puro será para aquellos que siguen la senda del pajarillo de cristal, el silbido agudo de la melodía suave y armoniosa de los cardenales y el sol que entra por esa ventanilla, donde se refleja la silueta de la dulce niña enamorada, podré parecer loco, pero aunque esté en una rama que tambalea, escribo sobre una hoja de una tierna parra, los pensamientos que me dictó un gato que piensa con fe en el futuro, y una paloma que nos mira de reojo y arrulla con melodioso sonido, mientras revolotea a nuestro lado.
Tal vez no debería contarlo, pero cuando el dulce sabor de la miel recorre el cuerpo tierno e inocente de la vida, es el amor de días de alegre y de plena reflexión que debemos hacer presente cuando creemos en la verdad de la verdadera reflexión de unos días de verdadera paz.
Adonis Palomar.
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