Cada día es ideal tener un buen pensamiento y quizás una mejor reflexión para iniciar una buena jornada, tal vez así los grandes problemas se transformen en pequeños, y los pequeños tal vez desaparezcan. Trataré de reflexionar brevemente sobre un tema muy recurrido, pero que muchas veces es la esencia de nuestra vida, el amor.
Ningún acto humano está mas de acuerdo con el orden y la plenitud de la vida y nos liga tan enteramente con el todo. Ninguno nos da tanta dicha y placer y también tanto sufrimiento como el amor. Ninguno nos exige tanto riesgo ni nos exige exponernos tanto, ni nos hace tan sabios y conocedores de la grandeza humana, como cuando un hombre toma y conoce a una mujer con amor, y una mujer toma y conoce a un hombre con amor. Cuando ambos se entregan, total e incondicionalmente al otro, y forman así una nueva y sola carne.
Siempre debe ser una relación entre iguales, y por tanto regida por el equilibrio entre el dar y el tomar.
El equilibrio exige que, si uno fuera especialmente fuerte en una circunstancia, el otro deberá serlo igualmente en otro momento.
Todo ser humano necesita amar y ser amado. La falta de amor produce una sensación de aislamiento y no pertenencia y un sentimiento de vacío difícil de llenar.
Muchos creen que el amor es cuestión de suerte, como una lotería, sin embargo no es así, porque el amor verdadero exige esfuerzo y sabiduría.
En toda relación encontramos entremezclados nuestros sentimientos y nuestra racionalidad, encontramos unidos el corazón y la carne, La consumación carnal del amor, crea un vínculo indisoluble, y cuando ocurre, este vínculo es más fuerte que el que nos une a nuestros padres, y da la fuerza para dejarlos y dar prioridad a este nuevo vínculo, el de la pareja. Éste tiene prioridad sobre todos los otros. También la nueva pareja tiene prioridad sobre las anteriores, la sexualidad no debe convertirse en única meta de la relación, sino al revés, la sexualidad, el deseo, es intrínseca a la relación y está al servicio de ella.
Mantener un amor verdadero no es innato ni prefabricado sino que exige un aprendizaje. Se puede aprender a amar para siempre a alguien si tenemos mayor conciencia de nosotros mismos.
Amar exige cuidado, atenciones, responsabilidades, respeto y sabiduría; y la esencia del amor es hacer el esfuerzo necesario para hacerlo crecer. La responsabilidad implica estar dispuesto a responder y no significa un deber o algo impuesto desde el exterior.
La sabiduría es imprescindible para entender al otro en sus propios términos y para llegar a conocerlo a través de la unión amorosa, sin necesidad del pensamiento.
No se trata de un conocimiento intelectual, sino de un sentimiento de intimidad y unión con él. El amor al otro es el primer paso hacia la trascendencia. Lejos de lo que se supone, el amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada, por el contrario, la felicidad sexual y los completos conocimientos de las técnicas sexuales, son el resultado del amor. Si no hay entrega tampoco hay orgasmo.
El amor sólo es posible cuando la comunicación entre dos personas no se realiza desde la superficialidad del ego sino desde la parte esencial de ellos mismos. No es algo estático ni tranquilo, es un desafío constante de dos libertades que quieren por sobre todas las cosas crecer y estar juntos.
Amar es tan fuerte como la vida misma, la vida es tan fuerte como el amor simple y sincero, trasparente y verdadero, para empezar una buena jornada, nada mejor que un soplo de amor con quien tu pensamiento lo quiera tener.
Adonis Palomar
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