lunes, 24 de septiembre de 2012

PAYASEANDO EN FAMILIA

Tarde de calor, ricos helados y compartir en familia, es como una buena idea para un sábado cualquiera. Entre bromas y lengüetazos a unos sabrosos helados, caminamos por una calle de esta tranquila tarde sabatina, paso tras paso vamos dando curso a lo que será una simple y entretenida jornada de fin de semana, nada de grandes expectativas, la simpleza de la vida te lleva por parajes de sonrisas y sorpresas que pueden estar a la vuelta de la esquina, hoy fue uno de esos días, dejamos que el destino guiara nuestro caminar, la conversación, una broma, un lengüetazo al combinado de piña y frutas frescas, un paso y otro mas, y de pronto estábamos sentados en medio de un improvisado escenario, poco a poco empezó a llegar el publico, el payaso con voz estruendosa y animada, invitaba a reunirse en torno a la pista, las primeras filas poco a poco se fueron agotando, ganamos unas buenas ubicaciones a un costado del escenario, el fresco aroma del pasto del parque daba un toque primaveral a la tarde sabatina, niños con perros, mamás con papás, unos con otros y de todo lo que puede haber en un publico diverso de una animada tarde de descanso, entre carreras y gritos, el de la cara pintada, amenazaba con empezar la función, como es de esperar, poco a poco crecía la tención, “ultimoooooooooo llamado, el gran espectáculo circense esta por empezar”, aplausos, risas y mas aplausos, la tarde avanzaba con la pasividad que da el sentimiento de estar tranquilo, sin pensar en que mañana será otro día, solo se vive el ahora y el aquí, momentos de travesuras simples y atolondradas, cada uno sabe que es hora de ser sencillo y sincero, una risa con sabor a vida. La nariz roja y redondeada se mueve graciosamente en la cara del payaso, la función acaba de comenzar, al poco rato sin darme cuenta estamos riendo de buena gana, las bromas y la rutina se van sucediendo y el tiempo pasa sin pedir permiso, malabares, chistes y la participación del publico, llenan la actuación de este actor callejero, después de varios minutos llega el fin de la función, llega la hora de colaborar, los niños se agolpan en torno al artista, casi no alcanza a lanzar su discurso y la gorra se hace pequeña para recibir el pago por la función, el payaso a cumplido con su misión, hacer reír y alegrar una tarde mas de un fin de semana familiar. Adonis Palomar.

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