lunes, 29 de agosto de 2011

UN VIEJO AMIGO


Este fin de semana caminando por la calle larga, una curiosa situación me enfrentó a un pasaje de mi vida pasada, un recuerdo, mi viejo charade, un compañero de varias jornadas, me acompañó en varias rutas que solo el y yo podríamos descifrar, no me sorprendía cuando en la soledad del camino parecía hablarme, incluso en ocasiones hasta creí que entendía mis propios pensamientos, un amigo de cuatro ruedas, ese que escucha y no emite juicios, muchas veces en medio del camino me atreví a contarle mis propios pensamientos y proyectos futuros, pasajes de locura o sincera intimidad con un fiel compañero de viaje, el sol estaba encarcelado en medio de la noche, y nosotros compartíamos los añosos kilómetros que nos hacían cada vez mas cómplices, en alguna parada mientras charlábamos, ponía en su humilde panza unos litros del preciado combustible, parecía que revivía con mayores energías cuando retomábamos nuevamente el tranco, en una oportunidad, cuando me acompañaba en un deambular por la vida, me pareció perderlo para siempre, unos amigos de lo ajeno, de esos que en medio de la noche a punta de malas intenciones, te arrebatan lo que pueda venir, se lo llevaron, pensé que era el final de nuestra amistad, pero como la vida siempre te da otra oportunidad, como por arte de magia, ese azar que lo había apartado de mi lado, lo trajo de vuelta, me pareció increíble, cuando lo volví a ver, me dio la impresión que recuperaba una parte de mis confidencias, me dieron ganas de abrasarlo, como algunos mortales me observaban, contuve mis sensaciones y mis pies se mantuvieron en la tierra, cuando nos alejamos del lugar, le dije que estaba contento de volver a verlo, me dio la impresión que el sentía lo mismo, su motor ronroneo con suavidad pero con gran fuerza, por largos minutos el silencio fue nuestro compañero, de pronto me encontré nuevamente contándole mis sensaciones y pensamientos, así seguimos recorriendo muchos otros parajes de la vida, que recuerdos se cruzan por mi mente cuando vuelve a mi pensamiento este viejo amigo, me acompañó en muchos momentos sin decir nada, incluso fue mi cómplice en un encuentro con una doncella de media noche, que noche, escuchó toda nuestra conversación, nos condujo a nuestro nidito de amor y luego dócilmente nos trajo de vuelta a la gran ciudad, fue mas que una aventura, el lo sabia muy bien, después de esa noche se convirtió en parte de esta fuerte relación, le comenté mis profundos sentimientos con esta misteriosa damisela, como siempre emitió un sincero silencio de aprobación, por largo tiempo formamos un trío indisoluble, era parte de mi vida, quizás donde estará este amigo en estos momentos, su espíritu deambulará por los confines de la eternidad, es bueno recordar, es bueno viajar al pasado y traer buenos recuerdos al presente, el camino que está adelante se enriquece y nos alimenta el espíritu aunque sea de fantasías.
Adonis Palomar


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