viernes, 5 de agosto de 2011
DIAS DE DESCANSO PARA RENACER
De vez en cuando la vida nos hace algunas bromas, nos hace enfrentarnos a la realidad de ella, nos propone mirar con verdad de días de primavera o de noches de crudo invierno, a usted señora, o a usted señor, a ti jovencita o al pequeño niño también, todos se suben alguna vez al carrusel del crudo giro, un par de vueltas y veras como se alucina en la rojiza novedad, una vuelta y otra más, es parte de tu jardín y del recuerdo que llevamos desde muy lejos, caminos de piedra y arenales de cantos de risueños pasajeros que buscan su vieja estrella, canta tu romanza al son de lindas figuras de una solitaria mirada. Alentando las lluvias de las caracolas de mi pequeña, con manotazos duros y empujones brutales, toda la desventura que ella pueda tener, temprano madrugo para madrugar en sus rodadas, no perdono a la muerte que ronda a los desvalidos, no perdono a la vida que es desatenta con los más desprovistos, levanto mis manos en la tormenta, mi compadre, un gato nocturno que aparta la tierra a dentelladas, joven viejo compañero que alegra las sombras de media noche, disfruta un trozo de chocolate y pierde el temor a compartirlo todo por nada, no está en un palacio pero sabe que tiene el amor de una amiga y un amigo también, son los reflejos de la luna que brilla solitaria otro fin de semana que llega otra vez, suenan las trompetas, las bubuselas, las ollas y algunos tambores también, parecieran tiempos que ya pasaron pero están nuevamente aquí, son los recuerdos que nos dan energía para vivir, doña vida disfruta con el ir y venir de historias que arañan las viejas y nuevas vivencias, esas que alguna vez amamos y son de recuerdos que alimentan al viejo limonero, al cabo me debo a lo que escribo, a lo que pienso mientras llega el nuevo día, como estás, nos volvemos a saludar, ella presiona suavemente las teclas del viejo piano, yo junto a mi compadre, esperamos que la marea baje y escuchamos el limpio manjar que sale de la melodía de su bella música, puede que sí o puede que no, el caso es que en el mismo cielo llegan otros días para descansar, podemos ser comunes o distintos, pero somos tres, caminantes con idéntica fragilidad y un corazón que quiere amar con fuerzas, desafiamos a la regla, coleccionamos sentimientos de verdad, más ruido y cosas que nada tengan que perder, juntamos flores y se nos ponen los pelos de punta al saber que estamos sin que se nuble la verdad, cuentas pendientes y rencores viejos que no están, que no tienen valides, es el respiro que da una ronda del tango que entrega caricias y sensaciones de promesas de clara realidad, no necesitamos agua bendita para saciar la sed, después de una larga caminata, solo el agua del viejo manantial, refresca la mente y el alma que agitada pueda estar, queremos siempre amar, es lo que necesita el pasto para crecer, queremos nuevamente estar cerca del camino que conduce a la verdad, baila pequeña encantada, lleva tu ritmo a la hierba que crece sin preguntar, entre más rápido vamos, más rápido nos alejamos, pusimos rumbo al horizonte, allá se ven las olas salpicar, brindemos en primera fila, el sol resucitará, me sentaré en la barandilla, veré que existe en el más allá, cuando más de prisa voy, más lejos puedo estar, necesitamos correr un poco para después descansar, será como una vieja leyenda, tendremos algunos secretos, esos que pueda compartir con Lo, esa mágica luz que está esperando por el nuevo renacer, respiremos fuerte en estos días de descanso, son momentos para conciliar el alma, el espíritu y el corazón.
Adonis Palomar.
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