lunes, 13 de junio de 2011
ODA A LA DAMA DE LA OSCURIDAD
En un paladeo que nubla la verdad de la húmeda madrugada, te tomo a sorbos cortos y te dejo recorrer mi cuerpo como una suave sabia de hojas de la espesa selva amazónica. Con viento, con polvo o fango, eres un golpe en el alma, así es el sentido de la mancha de la escritura, da saltos en la llamada de pervertidos y caracolas, dama de la esquina, dama de oscura figura, te veo pasar sigilosamente entre ramas y vergeles de azotes del alma, una venda en mis ojos no me permiten ver tu sigiloso movimiento, así te siento, acércate ya que estás aquí. Sentidos y compromisos, entre sabanas que son alcahuetes, en el alma que se asoma al balcón, pasando el viento discreto, resucitando palabras que columpian tu nombre, no lo diré, lo ocultaré entre los pliegues de tus ropajes, te grito y saltas con tus trapos al aroma que juguetea con el golpe dulce del risueño grillo de la madrugada. Vas como una desconocida, pero pareces una cercana figura, te acercas cuando nadie te espera, te reflejas en la historia que se siembra en la noche azulada, sin más, salpicas ternura, pero tu aliento cae como gotas de furiosa lluvia de a mediados de julio, al volver la vista atrás, se ven tus huellas, cubiertas por el polvo que deja el golpe del caminante, dulce dama de la oscura figura, que pretendes con tu siniestra danza, que pretendes con la falsa sonrisa, dulce dama de oscura figura, donde vas, trepando por orillas de caminos inciertos, buscando la noche antes que el día, te ocultas de la verdad de la vida, te encierras entre espejos que reflejan todo lo que quieres ver y lo niegas, pareces una sombra en la oscuridad, da la impresión que quieres brillar, pero algo no te lo permite, es tu soledad, esa que llevas a tu lado sin darte cuenta, estas rodeada de figuras de manifiestas cercanías, pero no son más que sombras que se paran a mirarte y luego se alejan con una falsa sonrisa, dama de oscura figura, que buscas y dónde vas, te miro de reojos y no sé qué decir, la alegría, el dolor, la tentación, la mentira, la excitación, el amor, el odio, todo se junta a tu alrededor. Me apeteces, me agrada el sabor de la dulce risa del noble rocío matinal, miro desde la llanura de mi inspiración, tus ojos pardos son reseña de la claridad del futuro incierto de la verdad, ríe y salta dama de la oscuridad, siente el gozo y el placer que un día te di, te apoderas de la dulce melodía de mi aliento, allí estas, como danzando con los compases del ritmo de las notas del viejo instrumento, te veo y te ves, refleja tu silueta donde cae la sombra de la noche, por esos pasillos, por esos senderos, por esos hilos que caen entre las delgadas ramas, bajas buscando tu respuesta, te descuelgas tratando de encontrar tu verdad, el tiempo corre a tu lado como soplo fatal, quizás un día la luz llegue a tu cuerpo, quizás un día la luz llegue a tu alma, tal vez sea ese el momento en que se ilumine tu corazón, yo no sé dónde estaré, la vida sabe lo que escribirá, quizás sea el momento en que el sol nuevamente brillará, si yo cerca no estoy, un halo de mi espíritu rondará, tu tal vez nuevamente como una reina te verás, si vuelves a sonreír, la dama de la oscuridad a lo lejos quedará.
Adonis Palomar.
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