viernes, 10 de junio de 2011
DESPUES DEL VIERNES
La jornada empieza a terminar, viene otro descanso, pareciera como si nos ausentáramos, aunque bajo la tierra pareciera estar, igual escribiré, cuando me consuma por esos claveles que corren encima de mis huesos, las palabras igual producirán un trastorno y un alimento para mi corazón, te miro en un rincón y correré con mi alma sin encontrar una frontera, toda esa vida estará cubierta con arena y con una espuma que se agita en el ruidoso mundo, se podrán cruzar mudos o ciegos, o quizás a quien le importe las miserias, las deudas o las alegrías humanas , más la gente encantadora salta como un ciudadano extraño y se siente predilecto en esta tierra, vamos por paseos y pasillos enroscando pensamientos de vida de hoy y de mañana, tanto como la llama de la fe, se va por el camino perfumado que toca tus pechos y todo tu ser, galopando en un potrillo, subiendo como un fugas sentimiento de magia y terribles sensaciones. Que calentura tiene esa mano que recorre los geranios que están dentro de tus bellos ojos, como una bocanada de aire puro de madrugada, me parece estar viendo esa presencia de una figura sobre ese majestuoso carrusel de la vida.
Sígueme como si fueras parte de una bella música o como si estuvieras dentro de un poema de un loco libre, ese que aún conserva una esperanza de una vida que pareciera ir por las paredes llenas de amor, buscando una compañía que roza los sentidos y hace saltar las chispas de la emoción de los rojos espíritus, esos que te toman como si fueras apareciendo después de mucho tiempo, no te veía desde hace mucho y te escribo para recordar esos tiempos pasados, de la caracola de la esquina, esa que siempre fue nuestra, donde estabas, donde te habías ido, entre tinieblas y caricias esparcidas por todos los sentimientos que van y que dejan esa huella, así, así, declararé públicamente eso que va de sur a norte, donde se ponen los cimientos de una vida de grandes pronósticos para mañana, sintiéndonos a salvo de esa humilde pereza, sintiéndonos a salvo de esa bulla y de esos incómodos zapatos que sorprenden lo amable que son cuando saltan de tus pies, dando respiro al alma y sonriendo fácilmente por que llega un nuevo descanso, y dan un grito cuando saben que tienes la vida entera, cantos de a dos, no de uno mas uno, eso es, te tengo de frente nuevamente, como si no hubiera pasado el tiempo, es como un café en el desayuno, caliente y placentero, sobretodo cuando las gotas de la lluvia caen sin cesar, que agradable tocarte y sentirte en una mullida cobija del granero, silencio, un poco de silencio, para escuchar el latido de tus sensaciones y la pureza de lo nuestro, ya es hora del descanso, llega por fin, esta de regreso, la pausa del hipnótico mundo, está aquí, nos vemos nuevamente, estamos reflejados como no hacia tiempo, eres la bella de esa vida, es hora del sosiego y de la tierra baja, volverse en rodada por unos minutos y sumirnos en el desafío del aroma del descanso, salud mi hechizo, salud mi nueva locura, es un trago por este paréntesis de la carrera loca de la vida.
Adonis Palomar
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