miércoles, 16 de marzo de 2011

RECETA PARA COCINAR UN POCO DE FELICIDAD


Conseguir los ingredientes para cocinar este platillo, no es cosa fácil en la actualidad, que necesitamos para esta preparación, unas dos tasas de respiración profunda, dos o tres ralladuras de sonrisas, es bueno tener a mano un poco de sinceridad, ella junto a la verdad dicen que sabe muy bien, solo se debe saber, la cantidad adecuada que se debe agregar, quizás unas gotas de esperanza también nos puedan servir al momento de la preparación, umm, ya empiezo a imaginar el suave sabor de un plato bien preparado, estoy tratando de recordar todos los aderezos que debemos tener, en tres posillos no muy grandes, se debe dejar remojando por al menos unas horas, un poco de paciencia, no debemos olvidar, tres cucharaditas de verdadero amor, un puñado de sensualidad, un chorrito o si le parece un chorro del buen sexo no nos puede faltar.
Para empezar a cocinar, nunca debemos olvidar, las ganas del buen cocinero para poner lo mejor, el alma y el corazón, ya estamos a punto de empezar, tomamos con mucho cuidado una gran fuente donde para iniciar, echamos nuestra profunda respiración, déjela escurrir, suave y sin apurar, el momento lo podemos acompañar con música agradable al paladar, que las notas corran sin descansar, alimenten nuestra imaginación y toda nuestra inspiración, cuando el primer ingrediente nos haga sentir en lo mas profundo una pequeña satisfacción, podemos agregar las tres ralladuras de sonrisa, ellas darán un tono inicial a nuestra rica preparación, revolvamos sin desesperar, cuando veamos algo de alegría en el fondo, vertamos suavemente la sinceridad, poco a poco la podemos juntar con ese importante ingrediente que es la verdad, pruebe sin mucho temor, la punta del dedo puede servir, si ve que existe un dulce sabor, por buen camino vamos al iniciar, después de unos minutos, una gotas de esperanza es bueno echar, cuando veamos que todo empieza a funcionar, volvemos a revolver, suave sin apurar, si quiere un trago puede tomar, no mucho para el camino no equivocar, levante el cucharón, deje una gotas caer, mire su espesor, si ve una buena consistencia, es hora de agregar un condimente esencial, ese que dejamos macerar, en tres pocillos deberían estar, poco a poco debemos incorporar, la paciencia es esencial, vierta el contenido inicial, vera que el primero es un respiro y un descanso fundamental, cuando acabe el primero en caer, vierta una cucharadita de amor, luego de revolver, el segundo pocillo deje caer, ya estará mas compacta la masa inicial, al agregar la segunda cucharadita de amor, vera poco a poco como el agradable olor inunda su interior, es hora de verter el posillo final, deje suavemente escurrir, de inmediato agregue la cucharadita final, volvemos a revolver, otra vez podemos probar, en esta oportunidad su lengüita puede usar, vera que el sabor es casi un manjar al paladar, casi al terminar, agregue dulcemente un puñado de sensualidad, con el calor de la preparación estamos a punto de finalizar, dos revolturas mas y el chorrito o chorro de sexo, si usted lo va a preferir, podemos agregar, revuelva hasta que usted quiera, vera que si la felicidad no aparece este cocinero no debe existir
Adonis Palomar.

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