jueves, 4 de octubre de 2012

PATEANDO PIEDRAS

La tengo entre los ojos, mido el tiro y le doy como de refilón, ¡fua!, sale como disparada por el lado izquierdo, mi compadre apenas la puede parar y le da como viene, la redondita vuela por el aire y cae en los pies de la Paly, juega un poco con ella y me la devuelve, es un juego entretenido, mientras avanzamos por la angosta callejuela, vamos compartiendo este entretenido juego de darle a una simple piedrecilla, en otras ocasiones puede ser un pequeño tarro, una pelota de papel, un pedazo de palo o cualquier cosa que se pueda patear, el asunto está en compartir algo que va de acá para allá y de allá para acá, es como conversar algunas cosas entre amigos, es compartir algo intimo como una simple piedra que esta en el camino, en una oportunidad pateamos una de granito con mi papá, él le dio con efecto y me calló llenita en mi izquierda, hice un pequeño dominio de piedra, (no se puede decir dominio de balón, por que no lo es), y se la devolví de taquito, nos reímos mucho por mi lujito, el trató de hacer una igual y falló, me la tiró medio apurado y yo corrí para atraparla antes de que callera por una rendija de la calle, una de las claves del juego está en no perder el ritmo de la conversación, no se puede perder el pase que viene y va, mucho menos puedes dejar pasar la piedrecilla haciéndote el que no la viste, eso sería como ignorar a tu par, sería como negar la comunicación, sería como negar la amistad, sería un insulto a quien te elige para dar unos toques de piedrecilla en una calle cualquiera, es como la vida que pasa por tu lado, la comunicación es algo tan fino como el contacto callejero, cada uno patea sus propias piedras, puedes ir dándole a una sin pensar en lo que ocurre en tu entorno, la encuentras y te vas por largo rato con ella, un toque y otro mas, la tiras y la haces revotar contra el muro, un tiro cortito y la vuelves a recoger, mientras pateas a la noble piedrecilla, vas jugando lentamente con tus pensamientos, puedes estar en eso, cuando sin pensar del lado opuesto alguien te responde el pase, ese es un juego casual, puedes responder o dejar pasar ese pase, si es así el juego termina en ese momento, generalmente la entretención y la emoción está en compartir por algún rato unos toques de piedra, como lo hacemos ahora con mi amigo y mi hermana, mientras caminamos de regreso a casa, le vamos dando a una sensible piedra que se cruzó en nuestro camino, es sencillo, ella es el motivo para jugar y hacer de la vida un momento simple, en cualquier lado, en cualquier momento, podemos encontrar esa piedrecilla que nos muestra lo simple que es vivir. -Toma, es tuya, la redondita rueda presurosamente y cae en los pies de la Paly, ella se ríe, la mueve graciosamente entre sus pies, hace un gesto burlesco y la lanza al vacío, mi amigo corre y la atrapa tras dar un revote en la pared, la mueve y luego de juguetear por unos segundos con ella, me la entrega como si fuera un pase magistral, sin darnos cuenta seguimos con el juego por largo rato, la pequeña piedra salta de un lado a otro y nosotros reímos de buena gana, hago un amague y le doy fuerte y con efecto, los tres corremos tras ella desesperadamente, pareciera ser que la pequeña piedra supiera que la perseguimos, corre a toda prisa, se desliza presurosamente calle abajo, luego de dar un rebote nos hace un guiño y se desliza suavemente por una alcantarilla, el juego llega a su fin, la pequeña piedra encontró su destino y nosotros nos despedimos para encontrarnos en algún momento con otra piedrecilla en el camino. Adonis Palomar

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