DISCRIMINADA

Si de escribir diariamente se tratara, el tema en la vida diaria da para todo, hoy leí en un típico diario farandulero, un articulo que comenta sobre una entrevista dada por la animadora Vivi Kreutzberger, a una conocida revista de papel caro, en ella, la animadora da muestras de mucha molestia con el canal de televisión en que trabajo por varios años, hasta aquí el tema no pasa a mayores, pero en un espacio de la conversación, Vivi cuenta que ella se sintió discriminada, el motivo se refiere específicamente a su intención de ser animadora del Festival de Viña del Mar, es aquí donde la cosa comienza a interesarme, ella cuenta que el personaje que estaba a cargo del festival en su canal, le manifestó “necesitamos una persona bonita, flaca, rubia, ojos azules y católica, tu por supuesto no das con ese perfil”, es obvio que la animadora se sintió dolida y en cierta forma defraudada, ella jamás pensó que en su canal la tratarían como cualquier cosa, para terminar el numerito, según el articulo publicado, ejecutivos del canal no encontraron nada mejor para arreglar el entuerto manifestar que “ellos son un canal con misión”…

Ahora opino yo, soy un duro critico del actual funcionamiento de nuestra sociedad, no concuerdo con muchos parámetros con que se mueven los actuales valores en nuestro medio, la vida esta regida, le guste o no a muchos, por el sistema de libre mercado, el servilismo social y la desvalorización del ser humano. Cuando nos encontramos con situaciones como la de esta entrevista, que cuento a parte da lo mismo quien sea la afectada, volvemos nuevamente a encontrarnos con el mundillo en que vivimos y que muchos tratan de ocultar por conveniencias personales o particulares. Carencia de valores, desvalorización de los individuos, especialmente de las mujeres, -de que estamos ablando-, nuevamente una sociedad que cae al vacío, una sociedad sin escrúpulos, sin consecuencia con el uno mismo, individuos que viven sin alma, sin proyecciones sociales, perdidos en un infinito de inseguridades, en definitiva insertos en un sistema que maneja descorazonadamente a las personas. Como podemos pretender poner ante los ojos de la sociedad, un espectáculo, un canal de televisión católico, un poder económico, como referente de lo que representan los verdaderos valores que debieran regir nuestra sociedad. Es inaceptable que se rebaje al nivel mínimo el valor de una mujer, aquella que en las distintas instancias sociales representa conceptos esenciales como referente de la vida, una mujer, provenga del estrato que sea, tiene un valor incalculable por un derecho natural ganado, no podemos seguir permitiendo que día tras día, se pierda el individuo en esa maraña de inconsecuencia social. La mujer es inspiración, es esfuerzo, es nobleza, es amor. Como el ser humano puede permitirse ensañarse con un referente tan verdadero como es ella, la mujer. El ejemplo de la experiencia de esta animadora, me mueve a pensar en el grado de pequeñez al que pueden llegar las personas, hombres y mujeres, desvalorizar, denostar, insultar, ofender, descalificar, menospreciar, humillar, y un sin numero de otros calificativos que matan al ser humano, son propios de nuestro mundo actual. Las personas tienen derechos y obligaciones con su sociedad, con su mundo, pero sea cual sea su condición social, económica, física e intelectual, merecen ser consideradas como un integrante más de este planeta. Todos somos iguales ante la naturaleza, desnudos tenemos lo mismo, y de esa manera nos debemos poner frente a la vida, el estatus social, la belleza del mundo actual y el poder económico, no engrandecen al individuo, le dan ciertos privilegios en esta falsa sociedad, pero no lo ubican entre aquellos seres que su aporte generan verdadera entrega al mundo que vivimos. Es una lastima que sigamos viendo como los hombres y mujeres no se dan cuenta de la caída de nuestra sociedad, aquellos que pueden aportar al crecimiento del mundo, aquellos que pueden aportar al cambio verdadero, aquellos que creen que los verdaderos valores existen, es el momento de levantar la cabeza y mirar al frente, cuando los hombres y las mujeres de esta tierra amarren valores, sentimientos y razón podremos tener esperanza en un verdadero futuro.

Adonis Palomar