lunes, 27 de septiembre de 2010

UN SENTIMIENTO DE VERDAD NO MUERE


Cuando los sentimientos son profundos y verdaderos, nada puede hacer que estos desaparezcan ni que mueran en el tiempo. Tomás es el mas pequeño de mis hijos, es un muchacho que la profundidad de sus pensamientos se mezclan con sus sentimientos, muchas veces me quedo pensando cuan profundas son sus palabras para expresar lo que lleva en su interior. Hace algún tiempo tuvo que enfrentarse a una triste decisión, no podría seguir junto a su gran amigo “Bony”, el destino había puesto en el camino de estos dos amigos una fuerte prueba, deberían separarse sin medir consecuencias, Tom, compartía sus espacios de tiempo con el mejor de sus compañeros de juego y soledad, desde que era un cachorro, “Bony”, recibió la dedicación y el cariño de su amigo, parecía que ambos se conocían hasta lo mas profundo, el dolor de la separación tocó el alma de estos dos compañeros, pero no podían ir en contra del destino, cuando llegó la hora de marcharse, pareció haberse firmado un pacto de amistad entre ambos, mi hijo solo hizo una petición, - papá, no quiero perder contacto con mi perro, me gustaría volver a verlo aunque no esté con nosotros-, esa petición fue como firmar un gran compromiso. El tiempo siguió su camino y Tomás cada día que pasaba recordaba con mas fuerzas a su gran amigo, tratando de que yo no me diera cuenta, en el momento que podía me hacia comentarios sobre su perro, él solo quería volverlo a ver. Como todo en la vida, la verdad, la justicia y el amor tienen su recompensa cuando corresponde, El cariño de Tomás por su mascota no podía quedar en el olvido, mi hijo merecía volver a ver a su amigo. Esa mañana caminamos y conversamos mucho, el iba muy entusiasmado, en sus brazos llevaba un gran paquete de comita para “Bony”, era el regalo para su gran compañero, cuando estuvieron frente a frente, se miraron como no creyendo en lo que ocurría, el perro a lo lejos se detuvo como petrificado, Tomás, miró a su amigo y luego de unos segundos le gritó por su nombre, ambos corrieron, el perro saltó a sus brazos y los compañeros nuevamente estuvieron juntos, el resto es parte de la vida, yo no atinaba a decir nada, solo pensé, que hermosa y simple sería la vida si los seres humanos pudiéramos tener tan solo una pequeña parte de aquellos sentimientos puros y llenos de verdad que mostraban en esos instantes Tomás y su perro.
Adonis Palomar.

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